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¿Aceite capilar en verano? ¡Derriba estos 5 mitos y conviértete en un verdadero experto en cuidado capilar!

En el salón, todos lo sabemos: en cuanto suben las temperaturas, los clientes cambian su rutina de belleza por una versión veraniega. ¿Protección solar para la piel? Hecho. ¿Hidratación desde el interior? Por supuesto. ¿Y el cabello? A menudo se olvida o, peor aún, se trata mal. Porque, a pesar de todo lo que sabemos hoy en día, ciertos clichés persisten: “El aceite engrasa más el cabello”, “Con el sol, el aceite fríe el pelo”, “Los tratamientos nutritivos son para el invierno”.

Como profesional, sabes que es exactamente lo contrario. Un aceite capilar natural es, de hecho, esencial en verano. Usado correctamente, se convierte en una herramienta poderosa en el salón para prevenir daños, preservar el color y dejar el cabello visiblemente más sano.

En este artículo, te damos las herramientas para desmontar los cinco mitos más comunes, no solo para adaptar tus tratamientos en el salón, sino también para explicarlos claramente a tus clientes. Así se sentirán escuchados, comprendidos… y tú podrás marcar realmente la diferencia.

Mito 1: “El aceite engrasa el cabello”

Lo que muchos clientes creen:
“Mi cabello se engrasa rápido, así que si uso aceite será aún peor.”

La realidad:
Para muchos clientes, la palabra “aceite” evoca de inmediato una textura grasa, pesada, pegajosa. Quienes ya tienen el cuero cabelludo graso temen que el aceite empeore aún más su situación. Esta idea errónea suele derivarse de productos de peinado convencionales cargados de ingredientes sintéticos, como siliconas o aceites minerales, que se depositan en la superficie sin nutrir realmente el cabello. Y en verano, cuando el calor y el sudor estimulan la producción de sebo, el aceite parece algo a evitar.

Pero en realidad, es justo lo contrario. Los aceites vegetales naturales como el de jojoba, argán, macadamia o germen de trigo tienen una estructura completamente diferente. Su composición molecular se asemeja a la del sebo natural, lo que los hace plenamente compatibles con el cuero cabelludo y el cabello. En lugar de ser rechazados, son absorbidos. Mejor aún: el aceite de jojoba es conocido por su acción reguladora del sebo, un beneficio confirmado por estudios publicados en el International Journal of Trichology. Con un uso regular, ayuda a reducir la grasa con el tiempo, suaviza el cabello y equilibra el cuero cabelludo.

Como profesional del cabello, puedes cambiar esta percepción ofreciendo un tratamiento reparador prelavado a base de aceite. Explica a tu clienta que no aplicas cualquier aceite, sino una fórmula cuidadosamente diseñada que ayuda a restaurar el equilibrio natural del cuero cabelludo. Comienza con el baño de aceite Repair y preséntalo como un ritual reparador y equilibrante, perfecto para conseguir un cabello veraniego fresco y ligero.

Para los cueros cabelludos con tendencia grasa, personaliza el tratamiento con Aromactif Sebumactif, una sinergia concentrada de aceites esenciales como el niaouli y el cedro del Atlas. Esta potente mezcla ayuda a regular la producción de sebo de forma natural, sin resecar el cuero cabelludo.

Mito 2: “Sol + aceite = cabello frito”

Lo que muchas clientas piensan:

“¿Aceite al sol? Es como meter el pelo en una freidora.”

La realidad:

Suena lógico: aceite y calor no combinan. Pero esa idea viene directamente de la cocina. En realidad, el cabello se comporta de manera muy diferente. Los aceites vegetales naturales como el de oliva, sésamo o cártamo tienen un punto de humo alto (es decir, solo reaccionan a temperaturas muy elevadas, mucho mayores que las de la exposición solar) y están llenos de antioxidantes que protegen contra el daño oxidativo. Un estudio publicado en 2021 en el Journal of Cosmetic Dermatology confirmó que el aceite de argán protege la fibra capilar del daño causado por los rayos UV, gracias a su alto contenido en vitamina E y polifenoles.

Para tus clientas, esto significa que un baño de aceite aplicado previamente actúa como una barrera invisible frente a la deshidratación, los rayos UV, la sal o el cloro. Si se aplica una o dos veces sobre el cabello seco, al menos 20 minutos antes de la exposición al sol, el aceite se convierte en un tratamiento nutritivo sin enjuague. Usa Renovator como base rica y potencia sus efectos con Aromactif Keractif, que ayuda a reestructurar y proteger la fibra capilar frente a las agresiones externas.

  • Nacre para rubias
  • Cuivre para pelirrojas
  • Écarlate para tonos rojos vibrantes
  • Ebène para intensificar el brillo en cabellos oscuros

Tu clienta no solo sentirá la protección… también verá más brillo, profundidad y vitalidad en su color.

Mito 3: “El aceite asfixia el cuero cabelludo”

Lo que muchas clientas piensan:

“Mi cuero cabelludo necesita respirar. El aceite seguro que obstruye los poros, ¿no?”

La verdad:

El cuero cabelludo y el cabello no “respiran” como lo hacen los pulmones. Es un mito muy extendido. En realidad, la piel no absorbe oxígeno del aire: el oxígeno llega a través del flujo sanguíneo, no desde el exterior. Lo que algunas clientas interpretan como “obstrucción” suele ser la acumulación de siliconas o aceites minerales presentes en productos convencionales, que se adhieren alrededor de los folículos pilosos y son difíciles de eliminar.

Los tratamientos profesionales con aceites vegetales funcionan de forma diferente. Están diseñados como tratamientos prelavado: nutren en profundidad, pero siempre están pensados para ser aclarados. Cuando se combinan con un champú suave sin sulfatos, respetan el equilibrio natural del cuero cabelludo sin dejar residuos, picores ni irritación.

Para clientas con cueros cabelludos sensibles o reactivos, Aromactif Dermoactif es la solución ideal. Esta sinergia de aceites esenciales (lavanda, manzanilla azul y árbol del té) calma las irritaciones y ayuda a restaurar la barrera protectora de la piel. En casos de sequedad intensa o descamación, Squamactif ofrece un efecto calmante y regulador.

¿El resultado? Un cuero cabelludo suave, equilibrado y menos reactivo. El tratamiento se convierte en algo más que un ritual de belleza: es un momento de cuidado y calma totalmente personalizado. Masajea, deja actuar, ofrece un espacio de tranquilidad… y finaliza con la mascarilla Karité para un acabado sedoso incomparable y una sensación total de bienestar.

Mito 4: “En verano, el cabello no necesita cuidados adicionales”

Lo que muchas clientas piensan:

«En verano, mi cabello se seca más rápido y se siente más ligero. Así que no necesito hacer mucho más.»

La realidad:

Lo que se siente “ligero” suele ser, en realidad, un signo de deshidratación. El verano da una falsa impresión de facilidad: menos secador, menos peinados, dejar que el cabello se seque al aire… pero en el fondo, el cabello sufre. Los rayos UV degradan la queratina, la sal y el cloro eliminan la hidratación, el viento y el calor dañan la cutícula. ¿El resultado? El cabello teñido o tratado químicamente pierde rápidamente brillo, suavidad y elasticidad.

¿El problema? La mayoría de las clientas solo notan los daños cuando ya están hechos: color apagado, puntas abiertas, pérdida de volumen. Ahí es donde entra tu experiencia profesional. Al ofrecer tratamientos con aceites de forma preventiva, actúas antes de que aparezcan los daños. No solo tratas síntomas: construyes una verdadera salud capilar a largo plazo.

Recomienda Renovator para el cabello seco, tratado o rebelde. Para potenciar su efecto reparador, añade Aromactif Keractif, que reestructura y fortalece la fibra capilar. Para clientas que atraviesan cambios hormonales, una causa frecuente pero poco reconocida del debilitamiento capilar, Jouvence es un excelente aliado. Y para aquellas que necesitan un momento de calma y reconexión, ofrece Zen, una sinergia aromática que transforma el tratamiento en un ritual de bienestar tanto físico como emocional.

Prevención, personalización y experiencia sensorial: el trío ganador para un cabello sano en verano… y clientas fieles y satisfechas.

Mito 5: “Mejor hacer tu propio aceite que comprar uno profesional”

Lo que muchas clientas piensan:

«Un poco de aceite de coco o de oliva de la cocina también sirve, ¿para qué pagar por un tratamiento profesional?»

La realidad:

En plena era del “hazlo tú misma”, los armarios de cocina parecen estar llenos de remedios milagrosos. Y sí, una gota de aceite de coco puede suavizar el cabello de forma temporal. Pero no tiene nada que ver con un tratamiento profesional bien equilibrado. Los aceites de cocina suelen ser demasiado pesados, no están formulados para el cabello y carecen de sinergias precisas de aceites esenciales.

Los tratamientos prelavado con aceites de Hairborist están diseñados con precisión, combinando eficacia dirigida y placer sensorial. Basados en la aromaterapia y la cosmética capilar, actúan a varios niveles: el folículo, el cuero cabelludo, el color del cabello… e incluso el bienestar emocional. Como peluquero o peluquera, este es tu superpoder: no ofreces un simple aceite, sino una fórmula personalizada que se adapta al tipo de cabello, estado del cuero cabelludo, color y estado de ánimo.

Ejemplos:

Tus clientas notarán la diferencia, tanto en los resultados como en la experiencia. Háblales con naturalidad. No digas “esto es mejor”, haz que lo vean y lo sientan. Invítalas a oler, tocar, experimentar. Déjalas elegir el aroma o el color que más les atraiga. En ese momento, no estás vendiendo aceite, estás ofreciendo cuidado personalizado y un verdadero ritual inmersivo.

Conclusión: De rutina básica a ritual experto

El aceite capilar en verano no es un riesgo: es una oportunidad. Una ocasión para guiar a tus clientas de manera proactiva, proteger su cabello antes de que aparezcan los daños, y brindarles un ritual que va mucho más allá del peinado.

Los aceites botánicos y Aromactifs de Hairborist son tu kit profesional: precisos, sensoriales y respaldados por la ciencia. Combinan eficacia comprobada con una experiencia placentera y memorable, lo que te permite destacar por tu acompañamiento experto, no solo por la venta de productos.

Generas confianza. Entregas resultados visibles. Y creas una experiencia que tus clientas no olvidarán. Este verano, no estás vendiendo aceite. Estás ofreciendo calma, equilibrio, reparación y confianza. En tus manos, el aceite se convierte en un ritual estival inolvidable… y en una razón para que tus clientas siempre quieran volver.

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